Estan pasando cosas interesantes. La “radiografía” que ha publicado El Periódico en dos entregas (ayer y hoy) es un despliegue de artillería pesada en toda regla que abre la campaña electoral a la alcaldía de Barcelona, si es que no estaba ya abierta. Parece claro que una de las batallas de esa guerra se desarrollará en Ciutat Vella.
Los datos de esa “radiografía” han sido convenientemente dosificados. Ayer domingo –curiosamente el día de más difusión del diario- salieron con los resultados de un sondeo, suficientemente maquillados como para hacerles decir que bueeeno, que parece que tan mal no estamos y que la gente, a pesar de todo, está contenta (será gracias al Barça, digo yo). Hoy, ya entran a fondo en la lucha de partidos y se atreven a titular, al menos en la edición digital, que CiU conquista Barcelona, aunque enseguida se apresuran a puntualizar con todo tipo de matices, entre los cuales, el apoyo del PP. Al final todo me suena a una llamada de atención a las bases socialistas para que se pongan las pilas y comiencen a movilizarse ya. Todo suena a intento de tapar los problemas de la ciudad con la cortina de humo de la cansina e inútil lucha partidista de siempre.
Para mí, esta clase de “noticias” no son realmente noticia. No puede ser noticia de primera plana un pequeño sondeo con unos resultados que ni fú ni fá, a más de un año y medio de las elecciones. A mí, estos despliegues full colour de la prensa afín me parecen maniobras de despiste para que la atención se vaya desplazando poco a poco hacia otro lado, que ya hace demasiado tiempo que estamos molestando con lo mismo y a ver si al final se van a resentir los votos y nos va a acabar gobernando “el enemigo”.
Soy tan malpensado que tiendo a relacionar estas maniobras de despiste con la frase que titula esta entrada, entresacada del artículo de Joan Tapia de hoy. En mi delirio, tiendo a imaginar esas reuniones en despachos sin ventilación, a puerta cerrada, para pactar con la prensa afín el tratamiento que se debe dar al asunto. Si fuera así, si la mano de los partidos que mandan en el consistorio estuviera detrás de toda esta catarata de datos, el asunto sería ciertamente preocupante porque demostraría que, en lugar de dedicarse a gobernar y a resolver problemas reales, estarían más bien invirtiendo su tiempo en manipular la realidad.
Ojala no sea así y podáis llamarme malpensado.
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